Es probable que es muchas ocasiones te haya surgido la duda del tipo de socio con el que debes de emprender tu negocio, o incluso quizás te has planteado la necesidad de ampliar el número o simplemente mantenerlo, pero mejorando las gestiones de ambos. Aunque a veces es mejor “estar sólo que mal acompañado”, también es verdad que con un buen socio podrás soportar cualquier “tempestad”, como la que se vive en la actualidad con la crisis económica. El problema es que mucha gente no sabe cómo escoger lo que más le conviene. Y por eso, lo primero de todo es diferenciar entre los tipos de socios que hay en una empresa:
-Estratégico: son aquellos que aportan su saber hacer (know-how) o experiencia en el sector. Por lo tanto son los más valiosos y difíciles de encontrar, ya que de ellos depende buena parte del éxito del negocio.
-Financiero: básicamente son los que ponen el dinero pero no quieren preocuparse o inmiscuirse en la gestión diaria de la empresa. ¿Dónde está la diferencia con un banco? Pues básicamente que los socios financieros sí que están dispuestos a asumir un riesgo mayor al prestar su dinero.
Una vez explicado todo lo anterior, te damos una serie de consejos con los que poder elegir bien a la persona que te acompañe en el camino empresarial:
- Accesos a nuevos mercados: un buen socio estratégico que permita y facilite la internacionalización o la expansión territorial a nivel nacional, siempre será una buena opción en un mercado donde abunda la competencia y escasean los buenos clientes.
- Capacidades de gestión: no se trata de un MBA, sino de tener experiencia real en la gestión de negocios. Y lógicamente haberlo hecho bien, porque un buen gestor no sólo tiene que saber de finanzas, marketing, y recursos humanos, sino sobre todo tiene que poder dar resultados. Es decir, beneficios y rentabilidades positivas.
- Tecnología: en la actualidad muchos nuevos negocios (startups) se basan en la tecnología para triunfar. Un ejemplo es tener toda tu información en la nube, que permite que esté disponible siempre que la necesites. Aunque más importante que los conocimientos actuales, es la capacidad de innovación tecnológica de cara a asegurar el éxito en el futuro.
- Cultura común: de nada sirve encontrar un socio cuyos valores y objetivos no sean los mismos que los nuestros. En el caso del tipo de socios de carácter financiero es más fácil de conocer, al fin y al cabo piden rentabilidades y garantías de devolución para su inversión. Pero en el caso de un socio estratégico, lo que empezó como un bonito romance puede acabar con una amarga ruptura.
- Capacidades directivas: más importantes que las de gestión y sin duda claves para el éxito de una empresa. Ventas, liderazgo, comunicación, negociación, y visión son algunas de las habilidades claves que los socios deben de tener.
- Modelo de negocio: si tu empresa ya tiene un buen equipo gestor y tienes un plan para hacerla crecer, el tipo de socios que hay sin duda te encaja mejor el financiero. Así evitarás una duplicidad de roles y las posibles diferencias en la gestión diaria que éstos conllevan.