Si quieres triunfar en los negocios debes de desarrollar tu liderazgo emprendedor. Para ello, hay que saber transmitir visión y pasión al resto el equipo. En caso contrario, es muy difícil que el éxito pueda darse. Por tanto, olvídate de ser ese jefe que sólo quiere demostrar superioridad a sus empleados.
Desgraciadamente, la mayoría de Universidades y Escuelas de Negocio forman directores, y no líderes, ya que se centran más en la parte racional que en la emocional. Sin embargo, las personas que tienen liderazgo emprendedor tienen muy desarrollada su inteligencia emocional: comunicación, honradez, creatividad, sacrificio… Eso que hace que sus seguidores les sean fieles. Explicado de otra forma, desarrollar el liderazgo emprendedor tiene varias ventajas:
- Mayor moral del equipo.
- Mejor comunicación interna.
- Menor absentismo y bajas laborales.
- Mayor proactividad y estar más involucrado.
El capital humano cada vez es más importante y clave para el éxito de las empresas en el entorno actual y, hoy en día, no es suficiente con satisfacer las necesidades del cliente, hay que anticiparse a ellas y superar sus expectativas. Tú sólo no podrás hacerlo, necesitas liderazgo emprendedor aplicado a tu equipo para lo que debes interiorizar una serie de rutinas que te permitan avanzar en tu capacidad para fidelizar y movilizar todo el talento y energía del personal de tu empresa. Por ello, ten en cuenta lo siguiente:
Rutina #1: desarrolla tu liderazgo emprendedor todos los días, intentado mejorar poco a poco pero de manera constante. Comunica tu visión, gánate la confianza de tu equipo, sé visible pero cercano, da ejemplo, sé firme pero justo… En definitiva, tienes que ser jefe pero a la vez una especie de amigo lejano.
Rutina #2: busca provocar un efecto multiplicador en tu equipo, para que así desarrollen al máximo sus capacidades. Los líderes basados en miedo limitan el desarrollo de sus trabajadores, por lo que la productividad de éstos suele ser más baja de lo habitual.
Rutina #3: práctica la visión de dónde estará tu empresa en el futuro y de cómo será y luego compártela con el resto de tu equipo de una manera emocional, no sólo racional (ventas, número de clientes, etc). Háblales a su corazón y ellos a cambio darán todo su compromiso y energía por la empresa.