Elegir entre autónomo o sociedad es una de las preguntas que más veces repiten los emprendedores como consultor de negocios a la hora de emprender. Muchas veces es incluso una pregunta anterior a la redacción del famoso plan de empresa. Porque puede condicionar mucho ciertos cálculos financieros relacionados con el pago de impuestos. Así que si ya tienes tu idea de negocio, y has evaluado tus características como emprendedor es momento de escoger entre autónomo o sociedad.
Lo primero de todo que debes plantearte es si vas a tener socios ahora o en el futuro. Piensa que como autónomo es complicado asociarse, aunque existen figuras jurídicas como las sociedades civiles o las comunidades de bienes. De todas formas, si tienes socios es recomendable la sociedad limitada, ya que es la forma jurídica que más facilita la entrada y salida de socios sin perder el control por parte de los existentes.
Después, pregúntate si eres bueno llevando papeles o con la burocracia. Ten en cuenta que aunque contrates un asesor externo, el archivo y la custodia de la documentación fiscal y contable son tu obligación. Así que si no te gusta mucho la burocracia los trámites para ser autónomo son mucho más sencillos que para una sociedad mercantil. Aunque a nivel de declaraciones trimestrales como la del IVA o las de retenciones por tener trabajadores o un local alquilado, autónomo o sociedad son prácticamente lo mismo. Lo que sí que es muy diferente entre autónomo o sociedad es la cuota que tendrás que pagar respecto de tus beneficios, porque la tributación a través de una sociedad suele ser inferior a la del IRPF; aunque dependiendo de tus circunstancias personales (hipoteca, minusvalías, etc) y familiares (hijos o padres a cargo), puede no ser así.
Además, ten claro si tu negocio tiene un riesgo elevado. Ten en cuenta que hay ciertas actividades como la construcción de viviendas, que requieren de elevadas inversiones y financiación. Por eso, para reducir el riesgo, entre autónomo o sociedad, se suele recurrir a sociedades limitadas o anónimas, dependiendo del tamaño de la empresa mientras que el empresario individual conocido como autónomo responde con sus bienes.
Y por último, lo más importante es saber qué imagen y tipo de negocio quieres montar. Piensa que tener una sociedad da mejor imagen de empresa, un proyecto con visión a largo plazo, inicialmente de vida indefinida al margen de los socios, y que puede dar entrada a inversores u otras formas de financiación sofisticadas. Por no hablar de que puedes vender fácilmente tu negocio, mantenerte como socio cobrando dividendos, o dar entrada a tus hijos. En resumen, si quieres crecer y hacer de la empresa tu forma de vida, entre autónomo o sociedad, yo siempre elegiría ésta última.