La mayoría de las empresas con forma de Pyme no sobreviven más de cinco años desde su lanzamiento. El exceso de burocracia, la creciente competitividad de los mercados y los problemas de financiación son las causas más habituales que acaban llevándoles a la mortandad. Por eso, con el fin de evitar fracasos de los que te puedes arrepentir siempre te ofrecemos una serie de mandamientos que deben de regir toda Pyme, para que pueda tener una vida larga y rentable:
- Ante todo gestión, y desde el inicio de la Pyme cuando arranca por la idea de un emprendedor. Es fundamental que el empresario tenga una visión global del negocio, pero en especial de áreas como las finanzas y el marketing. Ya que incluyen tres factores claves para la vida de cualquier Pyme: ventas e ingresos, gastos y liquidez o tesorería.
- Plan de negocio vivo: pero no sólo al emprender sino durante todos los años de vida de la Pyme. Porque un plan de negocio debe de ser algo actualizado y flexible según el entorno y las características de la empresa. Recuerda que las previsiones nunca se suelen cumplir, así que sé muy prudente a la hora de realizarlas.
- Mejor perder una venta que no cobrarla, porque de este modo al menos no incurriremos en gastos por el coste de la vent,a así como por la reclamación del cobro.
- Del éxito al fracaso hay un sólo paso. Aunque parezca mentira muchas empresas mueren de éxito. Crecen sin control, los gastos se disparan, aumentan sus necesidades de financiación y los plazos de cobro se dilatan.
- Cortar por lo sano, cuando estemos en situación de crisis económica o se hayan disparado los gastos. Para ello, hay que centrarse en las líneas de negocio más rentables y que se basan en aquello que sabemos hacer mejor que nadie.
- A rey muerto rey puesto: o mejor dicho cómo planificar y asumir la sucesión para que la empresa sobreviva a las generaciones futuras sin la figura del fundador. Lo cual es especialmente importante en las empresas familiares.
- El mercado siempre cambia y muchas veces los estudios de mercado no son útiles. Hay que crear el mercado del futuro, lo que supone un riesgo que a veces una Pyme no puede asumir. Pero mucho más arriesgado es permanecer impasible ante los cambios.
- El cliente sigue siendo el rey y por eso toda empresa debe de volcar sus recursos hacia la satisfacción, dentro de un límite y de forma rentable. Llegando incluso a anticiparnos a sus necesidades y conociéndole mejor que él mismo.
- Mentalidad de empresario, porque una Pyme debe de estar tirada por un equipo equilibrado y preparado, que esté bien apoyado por sistemas y políticas. Cualquier otra forma de empresa que no esté basada en el equipo humano y en sistemas, está condenada al fracaso.
- Con espíritu de emprendedor, que es lo que hace que una empresa siga innovando y reinventándose a pesar del paso del tiempo.
